
Día tras día Clytie seguía los pasos de su amado con los ojos llenos de amor, hasta tal punto que comenzó a olvidarse de comer y de beber…A pesar de esta adoración nunca gano los favores de Apolo y los días fueron pasando. Poco a poco Clytie comenzó a echar raíces hasta acabar convertida en una bella flor, un girasol. Una flor que, aún hoy, no olvida el objeto de su amor y su diadema dorada continúa siguiendo al sol.
https://www.quedeflores.com/blog/2011/08/02/la-leyenda-del-girasol/
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